El maestro de audición y lenguaje es
un especialista dedicado a promover y desarrollar la prevención de los problemas
de lenguaje: a la potenciación de las capacidades comunicativo-lingüísticas, y a
la solución de problemas específicos de lenguaje y comunicación, priorizando el
lenguaje oral sobre el escrito, y contextualizando estas funciones de acuerdo
con las características propias de cada centro.
Los maestros especialistas de Audición y Lenguaje comienzan a incorporarse al
sistema educativo ordinario como consecuencia del Real Decreto de 6 de marzo de
1985 de Ordenación de la Educación Especial, donde se establecen las directrices
para la integración de sujetos con minusvalías en los centros
escolares.
Para
dar una respuesta educativa acorde con las características de tales alumnos
-entonces denominados deficientes (psíquicos, sensoriales, motóricos) y hoy
alumnado con n.e.e. (alumnos con necesidades educativas especiales)- la
Administración dota a los centros que inician la experiencia de integración con maestros de P.T. (Pedagogía Terapéutica) y maestros de A. L. (Audición y
Lenguaje). Pero es a partir de la implantación de la LOGSE cuando la presencia
de estos especialistas comienza a ser habitual en los centros ordinarios, lejos
todavía de ser mayoritaria.
Las
funciones básicas del maestro del especialista en Audición y Lenguaje debe dar
respuesta a las dificultades de comunicación que presentan el
alumnado:
Prevención.
La prevención de trastornos en el desarrollo del
lenguaje se lleva a cabo en colaboración con los tutores, bien desde el
asesoramiento sobre programas, actividades o recursos materiales, bien desde la
ejecución conjunta de aquellos programas que se considere necesario aplicar, a
toda una clase o a una parte, cuando existan sospecha de riesgo de retraso en
algún aspecto de su desarrollo lingüístico.
Exploración.
Como
criterio general toda demanda de exploración que realice un tutor debe ser
encauzada a través del Jefe de Estudios y el Orientador del Centro. Una vez
establecida la pertinencia de nuestra intervención, planteamos la exploración
desde las observaciones que nos presenten el tutor y la familia, y teniendo
siempre presente el desarrollo normal del lenguaje, en cuanto referencia
obligada para determinar o no la existencia de algún tipo de
problemática.
¿Qué
evaluamos?
El
lenguaje en sus tres dimensiones principales: uso, forma y contenido. Es decir,
pragmática (o empleo adecuado del lenguaje a las distintas situaciones
comunicativas), fonología (correcta articulación de los sonidos del habla),
morfosintaxis (construcción correcta de las estructuras del lenguaje) y
semántica (contenidos, significados verbales).Todo ello en su doble vertiente
expresiva y receptiva (comprensión).
¿Cómo
evaluamos?
Utilizamos cuatro tipos de herramientas metodológicas para
la exploración:
-
Observación directa, sistematizada o no, de la conducta
comunicativa.
-
Análisis de grabaciones del habla.
-
Pruebas estandarizadas: T.V.I.P (Test de Vocabulario en
Imágenes Peabody) comprensión de palabras , P.L.O.N (Prueba de Lenguaje Oral de
Navarra) general de lenguaje, T.S.A (Test de Sintaxis de Aguado), R.F.I.
(Registro Fonológico Inducido de Monfort) articulación, I.T.P.A. (Illinois Test
de Altitudes Lingüísticas), Bohem de conceptos básicos, BLOC (Bateria de
Lenguaje Objetiva y Criterial, Puyuelo) etc.
-
Pruebas no estandarizadas: registros personales de conductas
lingüísticas, pruebas de discriminación auditiva, praxias orofaciales...
Los resultados así obtenidos nos
conducen a un proceso de toma de decisiones sobre la pertinencia de la
intervención logopédica, sobre la necesidad de derivar a otros servicios
educativos, sanitarios o sociales. Decisión que deberá tomarse de forma
colegiada por el especialista en A. y L., el orientador, el tutor y la
familia
La
intervención.
Pensamos que la intervención logopédica debe estructurarse en
torno a un principio básico: el lenguaje se desarrolla mediante la interacción
del sujeto con su entorno social, con los otros. Este hecho nos obliga a una
primera toma de decisión, a saber el ámbito, el contexto, el medio, donde se
desarrollará el programa de intervención:
-
el aula de audición y lenguaje (situación más artificial, pero más
individualizada)
-
el aula (contexto habitual de aprendizaje, donde las
interacciones comunicativas son más normalizadas)
-
la familia (contexto comunicativo menos estructurado, pero
más natural).
-
Un
cuarto ámbito a considerar es el Centro en su
conjunto: el P.E.C. y el P.C.C. van a ser instrumentos que favorezcan y
potencien los aspectos comunicativo-lingüísticos de todos los alumnos con
especial importancia en los aspectos preventivos.
Todos estos ámbitos no son
excluyentes, sino complementarios, ajustando las actividades del programa de
intervención a cada uno de ellos. Como línea directriz, pensamos que se deben
agotar las posibilidades de intervención en el entorno familiar y de aula del
niño, antes de llevar adelante la atención individual en sesiones de
gabinete.
Ámbitos de
actuación
El maestro especialista en A. y L. actúa de forma similar a
los maestros de apoyo. Sus ámbitos de actuación son similares. Sin
embargo dada la naturaleza de su especialidad pueden realizarse algunas
puntualizaciones:
En
relación con el Proyecto Educativo de Centro.
El maestro especialista en A. y L., interviene en la elaboración del
Proyecto Educativo aportando sus conocimientos en el área de lenguaje, respecto
a los objetivos generales, a los aspectos organizativos y a las estrategias de
aprendizaje. Es importante que el proyecto educativo contemple la organización
general del apoyo logopédico, al margen de considerarlo como mero profesional
que atiende a los alumnos en cortos periodos de tiempo, con escasa o nula
interconexión con lo que sucede en el aula.
Con
relación a la identificación de necesidades educativas especiales.
-
Analizando con el tutor, orientador y demás especialistas
implicados las necesidades del alumno.
-
Señalando o elaborando instrumentos apropiados a tal
fin.
-
Colaborando en la propuesta o realización de ayudas técnicas
necesarias para el acceso del alumno al currículum.
Con el maestro tutor.
-
Colaborando y asesorando en la programación del área de
lenguaje del grupo clase, diseñando estrategias de aprendizaje y material
adecuado.
-
Participando en la propuesta curricular individualizada de
aquellos alumnos que lo requieran, orientando las adaptaciones necesarias y el
tipo de ayuda pedagógica y servicios especiales para acceder al currículo en
todos los aspectos referidos al lenguaje.
-
Colaborar en la evaluación continua del proceso de
aprendizaje, en el área de lenguaje, proponiendo en caso necesario adecuaciones
de objetivos y contenidos, así como de las estrategias metodológicas.
-
En los primeros niveles de escolarización, participar con los maestros tutores en el diseño de programas de prevención para dificultades del
lenguaje, especialmente en aquellos alumnos de alto riesgo.
Con los alumnos.
La intervención con los alumnos se realizará siempre teniendo
como referencia el currículum escolar y haciendo especial hincapié en el
objetivo de potenciar la comunicación y el lenguaje como medio de interacción
social. Dado que el medio natural para el desarrollo del lenguaje se establece a
través de la interacción social, el grupo se revela como medio más idóneo y
estimulante para llevar a cabo este aprendizaje. El maestro de audición y lenguaje llevará a cabo su
labor potenciando situaciones y oportunidades de comunicación que para esta área
haya desarrollado en colaboración con el tutor. La intervención individual se
limitará a casos excepcionales y durará el tiempo en que esté plenamente
justificada por los objetivos a conseguir.
Con los padres.
La familia es el ámbito de mayor potencial lingüístico en un
ambiente normalizado. Muchos de los problemas en el área lingüística proceden de
desajustes emocionales o falta de estimulación familiar. En otros casos son
modelos incorrectos del lenguaje familiar los que repercuten. En la medida en
que estos problemas se puedan corregir la intervención de la familia es
fundamental. Se analizarán con los padres las necesidades de sus hijos y se
darán pautas para mejorarlas. Los casos más graves serán analizados en reuniones
de todo el Equipo de maestros que atienden al niño. Se llegará a compromisos
con los padres. Es importante que esos compromisos se reflejen por escrito. En
los casos de trastornos fonológicos o dislalias se instruirá a los padres si es
necesario en la realización de sencillos ejercicios para mejorar la movilidad de
los órganos articulatorios. Así mismo se prepararán listas de actividades y
materiales para trabajar en casa sobre el programa preparado por el maestro de audición y lenguaje.
En
coordinación.
Como hemos visto, el ejercicio de la función de audición y lenguaje se
produce, generalmente, más allá del gabinete de logopedia, lo cual nos obliga a
establecer unos enlaces de coordinación con otros profesionales, ya sean los
tutores u otros especialistas como la Orientadora del Centro, maestros de PT,
servicios sociales, sanitarios o psicoterapéuticos, ajenos al centro, etc.
El
objetivo de esta coordinación es doble: por una parte desarrollar programas y
estrategias comunes, que posibiliten la prevención de trastornos, su temprana
detección, y en caso de intervención directa, seguir los mismos criterios de
trabajo; y por otra, rentabilizar los recursos existentes, evitando la
duplicación de actuaciones.
La
coordinación con otros maestros de la misma especialidad, que se supone y
recomienda, pero no se regula, facilita la formación permanente, mediante el
intercambio de experiencias, programas, materiales o estrategias de actuación,
en un terreno donde la soledad de la intervención suele ser la tónica dominante.
Esta se materializa, en este caso concreto, con la asistencia a los Grupos de
Trabajo en el Centro de Profesores y Recursos .
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