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jueves, 25 de julio de 2013

Maestro de Audición y Lenguaje


El maestro de audición y lenguaje es un especialista dedicado a promover y desarrollar la prevención de los problemas de lenguaje: a la potenciación de las capacidades comunicativo-lingüísticas, y a la solución de problemas específicos de lenguaje y comunicación, priorizando el lenguaje oral sobre el escrito, y contextualizando estas funciones de acuerdo con las características propias de cada centro.
Los maestros especialistas de Audición y Lenguaje comienzan a incorporarse al sistema educativo ordinario como consecuencia del Real Decreto de 6 de marzo de 1985 de Ordenación de la Educación Especial, donde se establecen las directrices para la integración de sujetos con minusvalías en los centros escolares.
Para dar una respuesta educativa acorde con las características de tales alumnos -entonces denominados deficientes (psíquicos, sensoriales, motóricos) y hoy alumnado con n.e.e. (alumnos con necesidades educativas especiales)- la Administración dota a los centros que inician la experiencia de integración con maestros de P.T. (Pedagogía Terapéutica) y maestros de A. L. (Audición y Lenguaje). Pero es a partir de la implantación de la LOGSE cuando la presencia de estos especialistas comienza a ser habitual en los centros ordinarios, lejos todavía de ser mayoritaria.
Las funciones básicas del maestro del especialista en Audición y Lenguaje debe dar respuesta a las dificultades de comunicación que presentan el alumnado:
Prevención.
La prevención de trastornos en el desarrollo del lenguaje se lleva a cabo en colaboración con los tutores, bien desde el asesoramiento sobre programas, actividades o recursos materiales, bien desde la ejecución conjunta de aquellos programas que se considere necesario aplicar, a toda una clase o a una parte, cuando existan sospecha de riesgo de retraso en algún aspecto de su desarrollo lingüístico.
Exploración.
Como criterio general toda demanda de exploración que realice un tutor debe ser encauzada a través del Jefe de Estudios y el Orientador del Centro. Una vez establecida la pertinencia de nuestra intervención, planteamos la exploración desde las observaciones que nos presenten el tutor y la familia, y teniendo siempre presente el desarrollo normal del lenguaje, en cuanto referencia obligada para determinar o no la existencia de algún tipo de problemática.
¿Qué evaluamos?
El lenguaje en sus tres dimensiones principales: uso, forma y contenido. Es decir, pragmática (o empleo adecuado del lenguaje a las distintas situaciones comunicativas), fonología (correcta articulación de los sonidos del habla), morfosintaxis (construcción correcta de las estructuras del lenguaje) y semántica (contenidos, significados verbales).Todo ello en su doble vertiente expresiva y receptiva (comprensión).
¿Cómo evaluamos?
Utilizamos cuatro tipos de herramientas metodológicas para la exploración:
  • Observación directa, sistematizada o no, de la conducta comunicativa.
  • Análisis de grabaciones del habla.
  • Pruebas estandarizadas: T.V.I.P (Test de Vocabulario en Imágenes Peabody) comprensión de palabras , P.L.O.N (Prueba de Lenguaje Oral de Navarra) general de lenguaje, T.S.A (Test de Sintaxis de Aguado), R.F.I. (Registro Fonológico Inducido de Monfort) articulación, I.T.P.A. (Illinois Test de Altitudes Lingüísticas), Bohem de conceptos básicos, BLOC (Bateria de Lenguaje Objetiva y Criterial, Puyuelo) etc.
  • Pruebas no estandarizadas: registros personales de conductas lingüísticas, pruebas de discriminación auditiva, praxias orofaciales...
Los resultados así obtenidos nos conducen a un proceso de toma de decisiones sobre la pertinencia de la intervención logopédica, sobre la necesidad de derivar a otros servicios educativos, sanitarios o sociales. Decisión que deberá tomarse de forma colegiada por el especialista en A. y L., el orientador, el tutor y la familia
La intervención.
Pensamos que la intervención logopédica debe estructurarse en torno a un principio básico: el lenguaje se desarrolla mediante la interacción del sujeto con su entorno social, con los otros. Este hecho nos obliga a una primera toma de decisión, a saber el ámbito, el contexto, el medio, donde se desarrollará el programa de intervención:
  • el aula de audición y lenguaje (situación más artificial, pero más individualizada)
  • el aula (contexto habitual de aprendizaje, donde las interacciones comunicativas son más normalizadas)
  • la familia (contexto comunicativo menos estructurado, pero más natural).
Un cuarto ámbito a considerar es el Centro en su conjunto: el P.E.C. y el P.C.C. van a ser instrumentos que favorezcan y potencien los aspectos comunicativo-lingüísticos de todos los alumnos con especial importancia en los aspectos preventivos.
Todos estos ámbitos no son excluyentes, sino complementarios, ajustando las actividades del programa de intervención a cada uno de ellos. Como línea directriz, pensamos que se deben agotar las posibilidades de intervención en el entorno familiar y de aula del niño, antes de llevar adelante la atención individual en sesiones de gabinete.
Ámbitos de actuación
El maestro especialista en A. y L. actúa de forma similar a los maestros de apoyo. Sus ámbitos de actuación son similares. Sin embargo dada la naturaleza de su especialidad pueden realizarse algunas puntualizaciones:
En relación con el Proyecto Educativo de Centro.
El maestro especialista en A. y L., interviene en la elaboración del Proyecto Educativo aportando sus conocimientos en el área de lenguaje, respecto a los objetivos generales, a los aspectos organizativos y a las estrategias de aprendizaje. Es importante que el proyecto educativo contemple la organización general del apoyo logopédico, al margen de considerarlo como mero profesional que atiende a los alumnos en cortos periodos de tiempo, con escasa o nula interconexión con lo que sucede en el aula.
Con relación a la identificación de necesidades educativas especiales.
  • Analizando con el tutor, orientador y demás especialistas implicados las necesidades del alumno.
  • Señalando o elaborando instrumentos apropiados a tal fin.
  • Colaborando en la propuesta o realización de ayudas técnicas necesarias para el acceso del alumno al currículum.
Con el maestro tutor.
  • Colaborando y asesorando en la programación del área de lenguaje del grupo clase, diseñando estrategias de aprendizaje y material adecuado.
  • Participando en la propuesta curricular individualizada de aquellos alumnos que lo requieran, orientando las adaptaciones necesarias y el tipo de ayuda pedagógica y servicios especiales para acceder al currículo en todos los aspectos referidos al lenguaje.
  • Colaborar en la evaluación continua del proceso de aprendizaje, en el área de lenguaje, proponiendo en caso necesario adecuaciones de objetivos y contenidos, así como de las estrategias metodológicas.
  • En los primeros niveles de escolarización, participar con los maestros tutores en el diseño de programas de prevención para dificultades del lenguaje, especialmente en aquellos alumnos de alto riesgo.
Con los alumnos.
La intervención con los alumnos se realizará siempre teniendo como referencia el currículum escolar y haciendo especial hincapié en el objetivo de potenciar la comunicación y el lenguaje como medio de interacción social. Dado que el medio natural para el desarrollo del lenguaje se establece a través de la interacción social, el grupo se revela como medio más idóneo y estimulante para llevar a cabo este aprendizaje. El maestro de audición y lenguaje llevará a cabo su labor potenciando situaciones y oportunidades de comunicación que para esta área haya desarrollado en colaboración con el tutor. La intervención individual se limitará a casos excepcionales y durará el tiempo en que esté plenamente justificada por los objetivos a conseguir.
Con los padres.
La familia es el ámbito de mayor potencial lingüístico en un ambiente normalizado. Muchos de los problemas en el área lingüística proceden de desajustes emocionales o falta de estimulación familiar. En otros casos son modelos incorrectos del lenguaje familiar los que repercuten. En la medida en que estos problemas se puedan corregir la intervención de la familia es fundamental. Se analizarán con los padres las necesidades de sus hijos y se darán pautas para mejorarlas. Los casos más graves serán analizados en reuniones de todo el Equipo de maestros que atienden al niño. Se llegará a compromisos con los padres. Es importante que esos compromisos se reflejen por escrito. En los casos de trastornos fonológicos o dislalias se instruirá a los padres si es necesario en la realización de sencillos ejercicios para mejorar la movilidad de los órganos articulatorios. Así mismo se prepararán listas de actividades y materiales para trabajar en casa sobre el programa preparado por el maestro de audición y lenguaje.
En coordinación.
Como hemos visto, el ejercicio de la función de audición y lenguaje se produce, generalmente, más allá del gabinete de logopedia, lo cual nos obliga a establecer unos enlaces de coordinación con otros profesionales, ya sean los tutores u otros especialistas como la Orientadora del Centro, maestros de PT, servicios sociales, sanitarios o psicoterapéuticos, ajenos al centro, etc.
El objetivo de esta coordinación es doble: por una parte desarrollar programas y estrategias comunes, que posibiliten la prevención de trastornos, su temprana detección, y en caso de intervención directa, seguir los mismos criterios de trabajo; y por otra, rentabilizar los recursos existentes, evitando la duplicación de actuaciones.
La coordinación con otros maestros de la misma especialidad, que se supone y recomienda, pero no se regula, facilita la formación permanente, mediante el intercambio de experiencias, programas, materiales o estrategias de actuación, en un terreno donde la soledad de la intervención suele ser la tónica dominante. Esta se materializa, en este caso concreto, con la asistencia a los Grupos de Trabajo en el Centro de Profesores y Recursos . 
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                      http://perso.wanadoo.es/educalogo/funciones/Funclogo.htm